MI MAESTRO EL GORGOJO

él caminaba sin prisa, pero constante, yo en cambio enfrascado en disertaciones “profundas” como todo ego humano, intentando darle lógica a lo que no lo tiene desde una mente ilógica. Tratando de fabricar una “verdad” para sentirme seguro en esta desolada incertidumbre de no conocerme a mi mismo y solo repetir como loro las mentiras de otros inculcadas en la niñez, como buen humano que se respete.

De repente una sensación me embargo y en ese momento mire tal vez por primera vez y allí estaba, ese ser imponente erguido en su elegante armadura, me miraba tan fijo que el mundo se detuvo por completo y yo tan insignificante a su lado, no podía creerlo, al que siempre había esperado, mi maestro el Gorgojo.

Con un suave movimiento de sus patas me dijo: frena tu necesidad de fabricar pensamientos inútiles, para encubrir tus miedos, todo es luz, y lo que vez como oscuridad en los demás o en ti es solo la sombra.

Respira y siéntete primero, eso es lo más cercano a la “verdad” la vida es sentir, ya que el juzgar se basa en suposiciones, no existen razones en la creencia, sino en cuánto te conoces; ninguna creencia es esencial, son solo interpretaciones de la mente desde su posición cultural o social, ninguna creencia perdura más de lo que dura la civilización que la sostiene en sus mentes.

Pero la vida, es saber que somos luz y lo demás sobra, es entender que esta mente y este cuerpo es la creación en la que me expreso en un universo material, que la oscuridad no es carencia de luz sino la presencia de un cuerpo que crea una sombra. Cuando dejes de tener un cuerpo (creencias), la sombra dejará de existir. Entonces te percatarás que siempre fuiste luz.

No existe razón en tener razón, ni verdad absoluta en un mundo cambiante.

Solo se luz.

Roy Martinez